Si tu cutis es atópico y extremadamente sensible, es decir, se inflama con facilidad, tiene una apariencia rígida y se siente tirante, o es frágil al tacto y suele descamarse, utiliza constantemente emolientes para conservar el equilibrio de la barrera cutánea. Aplica estos productos con suaves masajes para que penetren rápidamente en tu piel. Y al momento de escoger tus cosméticos, prefiere aquellos que sean hipoalergénicos y formulados para pieles sensibles y que no contengan alcohol, aceites ni fragancias.

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