Si quieres que tu rostro luzca sano y luminoso, haz respirar la piel de esta zona con una correcta limpieza dos veces al día, y convierte este paso en un básico en tu rutina diaria. Derriba el mito de que este hábito sólo sirve para eliminar el maquillaje y reduce los efectos de la polución ambiental en tu piel. Sólo así evitarás el estrés oxidativo y, por ende, el envejecimiento prematuro.